Madre de Dios es considerada una de las regiones que ha perdido mayor cantidad de kilómetros de bosque en los últimos 20 años, principalmente a causa de la minería aurífera ilegal e informal. De acuerdo con el Ministerio del Ambiente, en el año 2022, se perdieron más de 24 mil hectáreas, lo que equivale a unas 15 islas San Lorenzo.
Una de las causas más frecuentes que impacta de manera negativa los bosques amazónicos es el uso del mercurio, cianuro y otras sustancias para obtener oro, lo cual afecta a la flora, fauna y población de la región amazónica. Para enfrentar la deforestación y el uso de agentes de alta toxicidad, la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC), a través del Grupo de Investigación en Energía y Minas, ha diseñado técnicas para favorecer la recuperación de la cuenca amazónica y fomentar la minería responsable a través del reprocesamiento de residuos que deja la minería artesanal y que no pueden recuperar.
“Estos métodos se basan en procesos químicos que se han convertido en dos patentes ya aceptadas. Así, es posible obtener algunos ingresos a través del oro que nos permite invertir en reforestación y realizar un cierre de mina sostenible”, detalla Juan Carlos Rodríguez, docente de la carrera de Ingeniería Química y representante del grupo de investigación de UTEC.
Procesos con menor impacto
Para recuperar el oro, los investigadores emplean dos procesos. Uno de ellos es la flotación, en el que se usan compuestos que generan espumas y jalan el oro de manera similar a un detergente o jabón que arrastra la suciedad. Estas espumas llevan el oro de los residuos que no ha podido ser obtenido por los mineros artesanales. El otro es lixiviación, que permite disolver el oro de tal manera que elimina las arenas sin valor y se recupera mineral del líquido utilizado en el proceso. Ambos procesos usan procesos que tienen un impacto menor al que se usa a través del mercurio o cianuro.
Los residuos que deja la minería artesanal son las arenas más pesadas que quedan después de procesar los suelos (lodos). De cada tonelada de lodo se pueden extraer algunos gramos de oro, con lo que es posible obtener ganancias. Así un grupo de participantes del proyecto se encarga de realizar las operaciones de reforestación, apoyados por los mineros artesanales.
La propuesta de los investigadores no solo busca recuperar el oro que los mineros artesanales no pueden extraer, sino también integrar estos procesos con actividades de tratamiento de efluentes y reforestación. Los métodos desarrollados han demostrado ser efectivos en la recuperación de suelos degradados y han resultado en la creación de dos patentes, con una tercera en proceso.
El proyecto ofrece una alternativa para la recuperación del bosque amazónico. Esto mejora la salud ambiental y promueve prácticas sostenibles que pueden replicarse en otras regiones afectadas.
«Hemos alcanzado la escalabilidad, la etapa de implementación y el desarrollo de patentes. Empezamos como una investigación a pequeña escala, pero hemos ido creciendo conforme avanzábamos con los estudios, de vasos a baldes y de baldes a reactores», destaca Rodríguez. Esta capacidad de escalamiento es crucial para la expansión y poder recuperar otras zonas afectadas.
“Creemos que este proyecto involucra varias cosas que buscamos resaltar: investigación para un futuro más sostenible, participación de estudiantes y universidades colaboradoras, procesos novedosos que están siendo patentados y la posibilidad de terminar en un modelo de negocio o startup”, menciona el investigador.
Participantes
En el proyecto se realizó un trabajo multidisciplinario liderado por los investigadores de UTEC como Juan Carlos Rodríguez y Carlos Ríos junto a sus colegas de la Universidad Nacional Amazónica de Madre de Dios y la Imperial College. Asimismo, participaron estudiantes de la carrera de Ingeniería Química de UTEC como Laura Untay, Jimena Tello, Gonzalo Larrabure, Antonella Ruiz y Lidia Zegarra.