Pese a caída en junio, construcción habría cerrado el 1er semestre con una subida de 4%

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De acuerdo con la presentación del último Informe Económico de Construcción (IEC 79) de la Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO), en junio, el sector de construcción habría enfrentado una caída de 3.3%, debido a factores como la caída en el consumo de cemento y una ralentización de las obras públicas.

Pese a ello, al cierre del primer semestre el sector alcanzó un alza de 4% para el PBI sectorial con lo que parcialmente se recupera la caída de 9% que se tenía en el mismo periodo del año anterior.

Entre enero y junio, la ejecución de obras públicas aumentó 18%, impacto que contrarrestó el crecimiento nulo en el consumo de cemento en los primeros seis meses del año. Además, solo en junio, la demanda de cemento tuvo una contracción de 5.9%. De hecho, desde Capeco se advierte que el consumo de cemento viene teniendo un comportamiento negativo en los últimos años y durante los últimos 24 meses, solo en tres se ha visto un crecimiento.

El gremio indica que la contracción de junio estaría reflejando una ralentización en el sector, pese al avance de las obras públicas. Esta tendencia continuaría en el segundo semestre, con lo cual se espera que el rubro de construcción tenga un crecimiento de entre 3.2% y 4% al cierre del 2024.

Como se recuerda, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) espera que el sector tenga un avance de 3.2%, mientras que Capeco calcula que el sector tendrá un crecimiento de 4% durante este año. “En el siguiente semestre bastaría con crecer 2.6% para poder llegar al 3.2%. Sin embargo, esta estimación del BCRP es más conservadora que la que han planteado la mayoría de consultoras privadas. Si bien es cierto no se recupera de la caída que se dio en el 2023, por lo menos hay una cierta tranquilidad de un crecimiento”, señaló Valdivia.

La ejecución de obra pública debe crecer 5.5% en el segundo semestre para poder crecer al ritmo que proyecta el BCRP (12%). Pero, Valdivia señala que un crecimiento solo basado en obras públicas tiene una serie de dificultades.

En cuanto a la inversión privada, con datos del Instituto Peruano de Economía (IPE), se estima que habría crecido solo 1% en la primera mitad del año. La inversión privada tendría que crecer 3.5% entre junio y diciembre para que se cumpla la meta del BCRP (2.3%). “El crecimiento de la inversión privada sí va a ser muy limitado sobre todo teniendo en cuenta que, en los 2 últimos años, 2022 y 2023, ha habido una fuerte caída”, refirió.

Valdivia añadió que, aunque este año se espera que los proyectos en Asociaciones Público-Privadas (APP) que concederá Proinversión crecerá a doble dígito, al tratarse de un proceso de inversión de mediano y largo plazo, el impacto sería muy acotado para este año.

Sobre el desembolso de créditos del Fondo MiVivienda, se reportó que, aunque en los últimos meses viene aumentando la demanda de préstamos para la compra de inmuebles, los créditos cerraron la primera mitad del año en rojo y podrían terminar el 2024 en esa tendencia.

Durante el primer semestre del año, el desembolso de los créditos registró una disminución de 31.5%. A penas en el último mes se colocaron 117 créditos, el segundo peor resultado en lo que va del año.

Valdivia señaló que hay una tendencia a la baja mensual y que, al analizar los desembolsos de vivienda social de cada uno de los programas del fondo, se ve un decrecimiento en los últimos dos años, especialmente en Techo Propio. “En el financiamiento Techo Propio ha habido una caída en los tres últimos periodos (2021, 2022 y 2023) y prácticamente implica que más del 94% de los de las viviendas de este programa se venden sin créditos”, indicó.

El director de Capeco advirtió que, con la dinámica que se muestra, al cierre de este año la colocación de créditos del Fondo MiVivienda podría reducirse en casi 24%. “Si no cambiamos la tendencia de desembolso de créditos vamos a tener un nivel de colocación de alrededor de 8,400 operaciones de crédito, que nos sitúa cerca al nivel de colocación del año de la pandemia, lo cual sería terrible porque se recuperó en dos años, pero ahora estamos en un ritmo muy pequeño”, precisó.

La inversión pública como promotor del desarrollo territorial

Por otro lado, CAPECO realizó un llamado urgente al Estado peruano para que oriente sus esfuerzos en generar condiciones propicias para el desarrollo de megaproyectos productivos y de infraestructura, con el fin de evitar que estas inversiones se conviertan en «elefantes blancos» o generen rechazo en la comunidad. Valdivia subrayó la importancia de contar con Planes de Desarrollo Territorial que aseguren el máximo aprovechamiento de estas inversiones en beneficio de la población y el territorio.

«Cuando surge la idea de un megaproyecto, el Estado debe prepararse para acondicionar el territorio e involucrar a los ciudadanos desde el principio,» señala Valdivia. «Hay muchos ejemplos que demuestran lo lejos que estamos de este objetivo: Majes Siguas II, Aeropuerto de Pisco, Olmos… El riesgo es que se reduzca el impacto del megaproyecto o, peor aún, que termine siendo un fracaso.»

Actualmente, se habla de inversiones en ferrocarriles por US$ 31,000 millones y la creación de una Zona Económica Especial (ZEE) en Chancay. Sin embargo, Valdivia advierte que «es un error pensar en invertir millones de dólares en infraestructura sin contar con Planes de Desarrollo Territorial en su zona de influencia. Estos planes deben buscar aprovechar las oportunidades de producción y empleo en todas las circunscripciones por las que pase el tren.«

Es imprescindible formular un programa priorizado de inversiones para que el territorio y la gente se beneficien de la nueva infraestructura. «Se debe también identificar y proteger suelo estatal y fuentes de agua y energía para la red ferroviaria, equipamientos y vivienda,» añade Valdivia. Asimismo, resalta la necesidad de crear un gestor autónomo, con un modelo de gobernanza de excelencia, que involucre a las autoridades subnacionales.

¿Una Zona Económica Especial para Chancay?

En su reciente visita a China, la presidenta Dina Boluarte planteó la creación de una ZEE vinculada al megapuerto de Chancay. «China y otros países asiáticos han basado su modelo de desarrollo productivo en las ZEE. Es una política pública, no un instrumento aislado,» comenta Valdivia. Sin embargo, en Perú, las experiencias con ZOFRAS, CETICOS y ZEEs han fracasado por la falta de una política coherente y adecuada.

“Una ZEE debería partir de una correcta delimitación de su área de influencia; luego, se debe organizar al gestor que hará el Plan de Desarrollo, el programa de inversión e identificará suelo y fuentes de agua y energía,» explica Valdivia. «El gestor deberá dirigir la ejecución de proyectos públicos, organizar asociaciones público-privadas (APPs), concesiones o transferencia de activos para los equipamientos, y hacerse cargo de la socialización con la población residente y migrante, para identificar demandas, incluso de trabajo.»

En el caso de Chancay, Valdivia advierte que «la inminencia de la puesta en operación de la primera etapa del puerto sugiere que la idea de la ZEE llega tarde. Hay tareas muy urgentes: acceso a Lima, conexión con Brasil, defensa del suelo público y privado, agua, vivienda, seguridad ciudadana. Es crucial que el Estado peruano se prepare adecuadamente para estos desafíos, generando condiciones óptimas para el desarrollo territorial y asegurando que las inversiones en infraestructura realmente beneficien a todos los peruanos», concluyó.

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