El reciente aumento de aranceles por parte de Estados Unidos a productos provenientes de México, Canadá y China podría tener repercusiones significativas en la economía global y en la región. Según Manuel Carpio-Rivero, profesor de Pacífico Business School, este conflicto comercial genera riesgos inflacionarios y también podría representar una oportunidad para países como Perú.
«Aproximadamente el 80% de las exportaciones de México tienen como destino Estados Unidos, muchas de ellas en sectores clave como la manufactura automotriz y la aviónica. Con un arancel del 25%, estos productos podrían encarecerse o incluso dejar de producirse en México, lo que afectaría su economía. De concretarse este incremento, el precio de los vehículos podría subir entre 3,500 y 5,500 dólares por unidad, generando presión inflacionaria en EE.UU.», explica Carpio-Rivero.
Canadá, por su parte, exporta grandes volúmenes de gas y petróleo a Estados Unidos, en especial a la zona norte del país. «Si estas exportaciones se ven afectadas por los aranceles, EE.UU. podría buscar otras fuentes o asumir que los productos de Canadá llegarán con un mayor costo, lo que impactaría nuevamente en el mercado estadounidense», agrega el experto.
En cuanto a China, el déficit comercial con EE.UU. ha sido una de las principales razones para la imposición de estos aranceles. «China exporta mucho más a EE.UU. de lo que importa y provee materias primas esenciales para la manufactura de tecnología y automóviles, tanto en EE.UU. como en México. Un incremento arancelario encarecerá estos insumos y trasladará el impacto a los consumidores», señala.
El rol de Perú en medio de la “guerra de aranceles”
Para Perú, esta situación abre dos escenarios: una oportunidad y un riesgo. «Si México reduce sus exportaciones agroindustriales, Perú podría cubrir esa demanda con productos como paltas, arándanos y uvas, aumentando su participación en el mercado estadounidense. Asimismo, podríamos fortalecer nuestra posición en ciertos procesos de manufactura», comenta Carpio-Rivero.
Sin embargo, también existe el riesgo de que EE.UU. adopte una postura más estricta respecto a los vínculos comerciales con China. «Si EE.UU percibe que la relación comercial entre Perú y China se vuelve demasiado estrecha, podría imponer aranceles a nuestras exportaciones, afectando nuestro comercio con EE.UU., que es nuestro segundo socio estratégico después de China», advierte.
El especialista subraya la importancia de mantener un equilibrio entre ambas potencias. «El desarrollo del puerto de Chancay reforzará los lazos con China y generará un gran movimiento comercial en la región, lo que podría inquietar a EE.UU. Por ello, Perú debe manejar con cautela sus relaciones bilaterales para capitalizar las oportunidades sin poner en riesgo su posición en el comercio internacional», concluye Carpio-Rivero.