Tema fue analizado en charla realizada en la Universidad Católica San Pablo
Fuente: Encuentro
Eliminar un fármaco no utilizado a través de los servicios higiénicos es una práctica recurrente de la población; sin embargo, de acuerdo a investigaciones internacionales, este hecho puede llegar a afectar a los animales marinos y se presume que también podría causar daños a las personas que se alimentan de ellos.
Lizandra López, docente del Departamento de Ingenierías de la Industria y el Ambiente de la Universidad Católica San Pablo (UCSP), explicó los alcances de este grave peligro durante la charla Farmacontaminación: una amenaza para el planeta, realizada en dicha casa de estudios.
La doctora en Ciencias y Tecnologías Ambientales detalló que, por ejemplo, en 2019 se advirtió que en Australia más de 60 medicamentos de prescripción llegaron a los ríos en donde se alimentan peces y otros animales, afectando con ello a más de 190 invertebrados.
“Los investigadores estimaron que un ornitorrinco que se alimentara de estos animales contaminados con residuos de medicamentos recibía la mitad de la dosis diaria de antidepresivos que se prescriben para los humanos, lo cual genera efectos adversos en su organismo”, señaló al mencionar una de las conclusiones del estudio.
De igual forma, aclaró que, aunque el principal efecto del desecho de fármacos en los servicios higiénicos es la mortalidad de las especies marinas, al estar estas sustancias en el agua, y conociendo el ciclo de este elemento, podrían impactar en la salud de las personas, aunque faltan más estudios para corroborar ello.
“Creo que hacen falta proyectos de investigación, pero, hipotéticamente, se ven situaciones como problemas para concebir vinculados al uso de fármacos, lo que puede tener una relación con los contaminantes hormonales presentes en el agua y que no son detectados”, sostuvo.
La docente de la San Pablo mostró también que, en un estudio de 2022, publicado por la Academia Nacional de Ciencias de EE. UU., se advirtió la presencia de 61 fármacos en 258 ríos de 104 países a nivel mundial, entre ellos el río Amazonas por la parte de Brasil. Esto implica que, uno de cada cuatro ríos, a nivel mundial, creció la contaminación por fármacos.
Por ello, llamó la atención para investigar este tema en el Perú, debido a que, por ejemplo, en el lago Titicaca desapareció el 90 % de peces nativos en los últimos 30 años, lo que tendría relación con la situación anterior.
Por su parte, el decano de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad Católica San Pablo, Pedro Emilio Alcázar Zuzunaga, detalló que también se debe considerar que la cantidad de fármacos eliminados en los afluentes podría diluirse en el agua.
Compra y venta de fármacos no es regulada
Durante la charla, la Dra. Lizandra López detalló, además, que desde el inicio de la pandemia (2020) hasta la fecha, la venta de fármacos se duplicó y la presencia de farmacias se incrementó de forma notoria.
“En Perú, los fármacos con mayor venta son naproxeno, hormonas y paracetamol, que en varios casos son adquiridos sin receta médica”, mencionó.
Ante este panorama, pidió a las autoridades legislar y fiscalizar el uso de medicamentos, y actualizar el sistema de monitoreo de las plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR), para detectar la presencia de fármacos entre los elementos contaminantes del agua y, principalmente, exhortó a la población a evitar el consumo excesivo de fármacos.
“Si nosotros regulamos rigurosamente este consumo de medicamentos y fármacos –algunas veces sin necesidad–, dejaremos de aportar contaminantes al agua. Pero las autoridades de Salud deben fiscalizar el recojo de medicamentos vencidos para procesarlos de forma correcta”, finalizó López.
