🔵 Resulta crucial reflexionar sobre los desafíos y oportunidades que enfrenta la línea de innovación a nivel nacional, que es clave para el desarrollo sostenible y la competitividad del país.
En el Perú, las actividades de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) están definidas por el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (SINACTI), cuya gobernanza contempla la intervención de diversos actores público y privados, organizados en tres niveles.
El nivel de definición estratégica liderado por la Presidencia de la República, siendo el órgano rector el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (CONCYTEC); en el nivel de implementación, se encuentran las instituciones del estado como Prociencia, ProInnóvate, INACAL, INDECOPI y otras entidades según lo disponga la Política Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (POLCTI); y, en el nivel de ejecución, se encuentran las universidades, empresas, institutos públicos y privados de investigación, los CITE, entre otros (CONCYTEC, 2025).
Patricia Larios-Francia, profesora de Administración de la UP e investigadora del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP), explica que a nivel mundial se ha evidenciado una ralentización del gasto en I+D+i en el último año, con respecto al auge entre el 2020 y 2022. En la última década, la inversión peruana en Investigación y desarrollo (I+D+i), medida por el porcentaje de gasto con respecto al Producto Interno Bruto, se ha duplicado desde 0.08% en el 2013 a 0.17% en el 2023 (WIPO, 2024).
Sin embargo, si comparamos este indicador con los otros países de la región, nos encontramos en el nivel más bajo de inversión, siendo Brasil quien lidera el porcentaje de inversión.
Inversión de investigación, desarrollo e innovación en América Latina:
“Este esfuerzo nacional ha hecho posible que cada vez más empresas de todo tamaño y sector puedan acceder a los diferentes productos como fondos para investigación científica, proyectos de innovación y transferencia tecnológica”, explica la investigadora del CIUP. En tanto, da apertura a la oportunidad de ofrecer becas, programas, movilizaciones, así como el desarrollo de eventos científicos para fortalecer el ecosistema de I+D+i a nivel nacional.
En el caso de investigación científica básica, aplicada y de desarrollo tecnológico, los subsectores que más han intervenido son salud, ambiente, agro y alimentos; por su parte, los proyectos de innovación de aceleración, desafíos y desarrollo de patentes ha sido más activo en los sectores ambiente, alimentos, salud, agro y energía.
Desde el aporte a la formación de talento humano y la profesionalización de los investigadores, las becas y apoyo en programas de postgrado se han concentrado en los subsectores de salud, biología, física, ingeniería, química, informática y agricultura principalmente.
Por otro lado, es importante resaltar el rol de la mujer en este ecosistema , pues, según la UNESCO, a nivel global las mujeres representan el 29.3% de los investigadores, y en el caso del Perú, según el registro RENACYT, la participación femenina en puesto de investigación es del 31.86%; teniendo 32% de mujeres liderado proyectos de investigación científica; 32% han liderado proyectos de innovación, 35% han accedido a becas y el 38% han desarrollado actividades de movilización para formación y participación en congresos.
Patricia Larios sostiene que, si bien nuestros indicadores comparados con los países a nivel la región y el mundo no se asemejan, se debe resaltar que hemos tenido una evolución importante, lo que generará mayor competitividad para las organizaciones y cadena de valor peruanas.